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Perder a Tu Mejor Amigo

Perder a Tu Mejor Amigo

La pérdida, en todas sus formas, duele. La muerte duele y perder a tu mascota duele al igual que perder a cualquier miembro de la familia. Quiero compartir con ustedes la historia de mi hija, Lourdes Margarita, a.k.a Luli.

Luli fue rescatada por una amiga en la Ave. Campo Rico donde la abandonaron con una demodex severa. Mi amiga y tambien voluntaria de la Fundación Save a Sato, la llevó al albergue para que Gloria la evaluara. Ese fin de semana me encontraba limpiando en el albergue cuando véo estos dos ojos enormes mirándome a través de una jaulita donde se encontraba y no pude resistir. La saqué, la cargué la besé y me la llevé a casa. Era tan pequeña, tenia que estar pesando alrededor de 7 libras. Me dije a mi misma “me la voy a llevar a casa y despues brego con mi esposo”.

Llegue a casa calladita, tranquilita y me paré al lado de mi esposo con Luli y el la miró y me dijo: “Cuanto tiempo va a estar?” a lo que le respondí “Solo un día”. Le mentí. Luli se quedo con nosotros. Luego de compartir con ella tan solo horas, era imposible buscarle un hogar. La chica no ladra, no molesta, le encanta estar en su cama, pero cuanto mi otra manada se alteraba, Luli, como toda una madre, se metia entre medio, les ladraba como diciendo  “chicos, cálmense” y regresaba a su cama.

Como dicen nuestros amigos de Teatro Breve, la vida ahora se divide en antes de Maria (AM) y despues de Maria (DM)…Despues del huracán mi vida cambió por completo y tuve que traerme a mis perros a Nueva York, casualmente a mi esposo lo transfirieron a NY, pero tuve que dejar a Luli ya que el veterinario recomendó que se quedara en Puerto Rico mientras pasaba la época de invierno, pues sería muy fuerte para ella y su condición. Dejé a Luli en manos de mis mejores amigos, donde estaba feliz, jugando con otros perros y eso me daba un poco de paz.

Luego  de un mes, regresé a Puerto Rico en diciembre como parte de la campaña Dame Una Patita donde llevamos a Cesar Millan a que visitara algunos de los albergues afectados y hacerles entrega de donativos de agua y comida.  Esa semana estuve con Luli 24/7 incluso, me acompañó a una charla que tenia en Edic College en Bayamón donde todos los estudiantes quedaron locos con ella y me hicieron el favor de evaluarla ya que les había comentado que estaba enfermita.

En fin, la semana terminó y nuevamente me tuve que despedir de ella.  Tenía una punzada en mi corazón y me la comí a besos antes de irme. Me subí en ese avión como una escena de Romeo y Julieta. Apagué el teléfono y llegue a NY. Prendí el teléfono. Luli se me fue. . . Empecé a llorar en la fila para desalojar el avión (que de por si me hace perder la paciencia) y la gente me veía llorando y me preguntaban si estaba bien. A todo esto se me paso mencionar que viajaba con DOS perros que le estaba llevando a una amiga quien tambien se mudó a Nueva York recientemente. Uno de los perritos durmió todo el camino en la falda del señor que viajaba al lado mío, mejor dicho, los dos durmieron todo el camino, mientras que la perrita estaba sumamente inquieta y ladrando…fue una experiencia religiosa.

Me sentía culpable, me bajaban las lágrimas pensando que no estuve con ella, pero fue como si ella me hubiese soltado, me dejo ir. Sabía que estaba en Nueva York con el corazón en Puerto Rico, buscando como y cuando traermela, y ella decidio irse. (todavia me bajan las lágrimas).

Decidí cremar a Luli , una decisión muy personal, pero para mi, muy importante como parte de mi proceso de pérdida. Una amiga me refirió a Cremaciones del Este, a quienes llamé un domingo a las 8:00 p.m. y no pasó ni hora que me llamaron a notificarme que ya habían recogido a Luli. No pasaron  48 horas cuando me llamaron nuevamente a decirme que las cenizas de mi princesa estaban listas. Quiero invitarlos que conozcan acerca de esta compañía y su trabajo. Cremaciones del Este ofrece servicios de cremaciones privadas, una sala de observación, una variedad de urnas, recogido de mascotas con el personal mas amable y diligente. Luli está en un cajita con su nombre que guardo conmigo y todos los días le hablo y le digo cuanto la amo y la extraño.

Quisiera darles un consejo de cómo superar la pérdida de una mascota, pero no lo tengo. Cada cual lo hace a su manera. Yo vivo rodeada de animales que llenan mi vida de amor e intento contribuir a la causa de la manera que pueda, en nombre de Luli y de todos los que han sido abandonados, abusados y que no han tenido la oportunidad de tener un hogar.

Le dí a Luli todo lo que pude durante esos dos años y eso lo guardo dentro de mi corazón. Adoptar y cambiarle la vida a una mascota es una de las cosas más gratificantes del mundo. Inténtalo ?

Somos y seguiremos siendo una familia de 6 ♥

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